GINGER BEER, CERVEZA CON JENGIBRE, CERVEZA DE JENGIBRE, GINGER ALE... ¿MUCHOS TÉRMINOS PARA UNA MISMA COSA? NO NECESARIAMENTE. ES HORA DE ECHAR UN VISTAZO A LAS BARRICAS DE ESTA BEBIDA PICANTE SIN ALCOHOL.  

La historia de la cerveza de jengibre está ligada a la importancia cultural y económica de sus dos ingredientes principales: el jengibre y la caña de azúcar. El jengibre es una de las especias más antiguas de las que se tiene registro, con más de 5,000 años de antigüedad, y se ha considerado durante mucho tiempo una raíz tónica y curativa. Utilizado originalmente por los indios y los chinos, el jengibre se "descubrió" por primera vez en el sudeste asiático, y el Imperio Romano lo dio a conocer al mundo en el siglo i de nuestra era. Con el descubrimiento del Nuevo Mundo, las colonias francesas e inglesas del Caribe se convirtieron en las mayores productoras de caña de azúcar del mundo.

 

La cerveza de jengibre nos llega así de Jamaica, donde ya se producía desde hace siglos. Posteriormente, esta bebida alcohólica se hizo muy popular en Gran Bretaña y Norteamérica. Es una bebida carbonatada, alcohólica o no, producida por la fermentación de jengibre fresco con melaza (un derivado del azúcar) y levadura de panadería. Siguiendo la receta centenaria (el primer rastro de ella se remonta al siglo xviii), esta bebida se prepara utilizando una levadura de jengibre con raíz, igual que se haría con la levadura para el pan. Aparte del azúcar y el agua, y del hecho de que es una bebida fermentada, ¡no tiene nada en común con la cerveza!, ya que la cerveza de jengibre no contiene lúpulo ni malta.

 

Aunque hoy en día la cerveza de jengibre no suele tener alcohol, antes de mediados del siglo xix contenía hasta un 11% de alcohol en volumen. Pero con la Ley de Impuestos Especiales de 1855, el Parlamento británico impuso impuestos a la exportación de bebidas con un grado alcohólico superior al 2%. Desde entonces, la mayoría de los fabricantes de cerveza de jengibre reducieron el contenido de alcohol de sus productos (acortando el tiempo de fermentación) para que siguieran siendo asequibles. Actualmente, esta bebida se utiliza para crear muchos cócteles, donde el más conocido de ellos es el Moscow Mule. 


A MEDIO CAMINO ENTRE LA CERVEZA Y EL VINO, ESTA BEBIDA SUTIL ES EL RESULTADO DEL PERFECTO DOMINIO DE LOS PROCESOS UTILIZADOS PARA ELABORAR ESTAS DOS BEBIDAS FERMENTADAS MILENARIAS. 

Enocerveza, vière, Grape Ale, cerveza de vendimia: las cervezas elaboradas a partir de la uva causan cada vez más asombro y entusiasmo en todo el mundo. Estos híbridos combinan el saber hacer de enólogos y cerveceros, y son una puerta de entrada a los respectivos mundos de vinicultores y cerveceros. Mientras que los antiguos estilos belgas de Lambic ya utilizaban la uva en su elaboración, los híbridos de cerveza y vino han cobrado protagonismo en los últimos quince años gracias a numerosos experimentos de cerveceros, sobre todo italianos, que han logrado establecer un nuevo estilo: la iga, por sus siglas en inglés: Italian Grape Ale. Es un estilo que sin duda se dividirá en subestilos en el futuro, dada la diversidad de técnicas implicadas: desde el uso de mosto de vino hasta mezclas, fermentación espontánea o controlada y posible envejecimiento en barrica.

 

ORÍGENES

 

El uso de la uva en la cerveza no es totalmente nuevo. Como era de esperar, fue en Bélgica, la tierra de las Lambic de frutas, donde se hicieron los primeros experimentos con moscatel para producir Druivenlambiks (Lambics de uva en idioma flamenco). Aunque este estilo disminuyó fuertemente en el siglo xx, a diferencia de las Kriek de cereza, las Gueuze de frambuesa, fresa o grosella negra o las Pêcheresse de melocotón; la prestigiada Brasserie Cantillon en Bruselas lo recuperó en los años 70 y sigue produciéndolo en la actualidad.

 

Sin embargo, fue en Italia en la década del 2000 donde se produjo la fusión de las técnicas cerveceras y vinícolas. En 2006, Birrificio Barley fue la primera cervecería en producir una cerveza con mosto de uva, seguida de Montegioco, inspirando a muchas otras cervecerías hasta el reconocimiento del estilo iga - Italian Grape Ale, por el bjcp (Beer Judge Certification Program) en 2015, que la dio a conocer (de nuevo) y logró así que se extendiera por todo el mundo. Con el objetivo de producir una cerveza que lleve en la copa las características reconocibles de la uva o del vino, sin ser tan intensa como una Lambic y, siendo la única limitación el uso de uva o mosto de uva; las directrices de este estilo son bastante amplias y dan lugar a cervezas con perfiles muy heterogéneos en función de las técnicas utilizadas.


LA CERVEZA, COMO CUALQUIER OTRO ALIMENTO, PUEDE DESENCADENAR UNA INTOLERANCIA O INCLUSO UNA ALERGIA EN ALGUNAS PERSONAS. EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS, SE TRATA DE UNA REACCIÓN ALÉRGICA A UN DETERMINADO COMPONENTE DE LA CERVEZA, COMO EL GLUTEN O INCLUSO EL ALCOHOL.

Las reacciones alérgicas a la cerveza existen, y pueden ir desde una intolerancia leve hasta formas más graves de alergia. Afortunadamente, la alergia a la cerveza en sentido estricto sigue siendo una afección marginal, que rara vez pone en peligro la vida. En cambio, la intolerancia a la cerveza es más frecuente de lo que imaginamos y puede obligarnos a dejar de consumirla o bien, a adaptar su consumo.

 

¿ALERGIA O INTOLERANCIA A LA CERVEZA?

 

Una alergia se produce cuando el sistema inmunitario identifica un determinado alimento como peligroso y produce anticuerpos para defenderse. Las reacciones pueden entonces ser peligrosas, incluso mortales, como en el caso del shock anafiláctico. En lo que se refiere a la alergia a la cerveza, esta es en realidad una alergia a uno o varios de sus ingredientes. Los ingredientes más comunes alergénicos de la cerveza son: cereales como el trigo, la cebada, la avena y el centeno; el lúpulo, sulfitos, levadura, mohos, miel y frutas.

 

Por su parte, la intolerancia alimentaria se produce cuando el organismo es incapaz de digerir un determinado alimento. Es el sistema digestivo, no el inmunitario, el que se ve afectado. Por lo general, las intolerancias son mucho menos graves que las alergias, aunque pueden causar diversos grados de malestar. Cuando existe intolerancia a la cerveza, es posible que exista una intolerancia general al alcohol. Esto se debe a la ausencia de ciertas enzimas que permiten al organismo metabolizar el etanol.

 

Otra de las intolerancias más frecuentes en la cerveza es la del gluten. El gluten es una mezcla de proteínas que se encuentra, en distintos niveles, en muchos cereales