EL VINO NO SOLO ES UNA BEBIDA, TAMBIÉN ES UN MOTOR ECONÓMICO Y CULTURAL QUE HA MODELADO LA HISTORIA DEL COMERCIO MUNDIAL. DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA ACTUALIDAD, SU CIRCULACIÓN HA REFLEJADO CAMBIOS SOCIALES, RELIGIOSOS Y POLÍTICOS. 

Para conocer más sobre el comercio del vino, debemos viajar hasta la Antigüedad. Ya en el siglo III a.C., en la antigua Grecia existía una clase de comerciantes especializados: los oinogeustes, literalmente "catadores de vino".

Su capacidad de degustar el producto era un requisito para dedicarse a la compraventa. El puerto de Monemvasia, en la península del Peloponeso, se convirtió siglos más tarde en un punto clave para el comercio de vinos dulces en todo el Mediterráneo medieval.

 

Posteriormente, entre los siglos XII y XVII, los monjes cistercienses levantaron cerca de 800 monasterios con viñedos en Francia, Alemania y otras regiones de Europa. Su red religiosa funcionaba también como una red comercial: producían vino de manera profesional, lo transportaban a largas distancias y lo vendían en distintos mercados. Gracias a ello, sus monasterios alcanzaron prosperidad y estabilidad. Podría decirse que fueron la primera gran “empresa vitivinícola” de Europa. 

 

Durante siglos, Inglaterra y más tarde el Reino Unido marcaron el gusto internacional del vino. Fue así que estilos como el champaña, el clarete, el oporto y el jerez se consolidaron. En 1790, comerciantes británicos fundaron la Factory House en Oporto, Portugal, donde aseguraron un casi  monopolio sobre el comercio del vino de Oporto. El puerto de Burdeos, en Francia, también se volvió fundamental: desde allí se enviaban vinos hacia Inglaterra y más tarde a otros rincones de los imperios coloniales. A partir del siglo XVII, los Países Bajos denominaron durante más de un siglo el comercio mundial de vinos y licores, aprovechando su poder marítimo. 

 

FORMAS DE COMERCIO DEL VINO

Hoy en día existen dos grandes modalidades. La primera es el comercio del vino a granel o en barrica, que suele venderse a bodegas o cooperativas para su posterior embotellado. La segunda es la venta de vino en botella, distribuido en supermercados, tiendas especializadas, restaurantes, venta directa en viñedos o, cada vez más, a través de internet. 

 

También destacan las subastas y las ventas anticipadas de cosechas, una práctica muy extendida en casas como Christie’s o Sotheby’s. Ni hablar del comercio de botellas raras y añejas, que ha generado fascinación y polémicas. En Londres, la Antique Wine Company se especializa en esta rama, donde los vinos se coleccionan como si fueran obras de arte. Sin embargo, no faltan los fraudes millonarios, como los protagonizados por...


 CUANDO PENSAMOS EN UN VINO BLANCO ESPUMOSO, ES INEVITABLE QUE EL CHAMPAÑA SEA UNO DE LOS PRIMEROS QUE NOS VIENE A LA MENTE. PERO ADEMÁS DE ESTE Y OTROS VINOS ESPUMOSOS EUROPEOS COMO EL PROSECCO, EXISTEN BOTELLAS VENIDAS DE ÁFRICA, ¡UN CONTINENTE CUYAS TIERRAS OFRECEN VINOS EFERVESCENTES! 

África no posee una tradición vinícola como pueden tenerla los países del viejo continente, o incluso México. Sin embargo, cuando miramos con atención, nos damos cuenta de que Sudáfrica se encuentra en la llamada franja del vino que, junto con otros países del cono sur como Argentina, Chile y Australia; posee las características ideales para la producción de vino.

 

El clima sudafricano permite así la elaboración de dos categorías de vino espumoso. Los primeros, de buena calidad, económicos, dulces y bien carbonatados, son consumidos localmente y se exportan a países subsaharianos como Angola, Nigeria y Mozambique. Los segundo son los elaborados a partir del método tradicional sudafricano conocido como Cap Classique, abreviado normalmente a MCC (Método Cap Classique) Estos vinos, que poco a poco ganan fama a nivel mundial, se producen a partir de las variedades Chardonnay y Pinot Noir, importadas en los años 80 al país africano desde los viñedos de Borgoña, en Francia. Si bien estas son las variedades más utilizadas, también es posible encontrar vinos elaborados a partir de Chenin Blanc y Pinotage. Con niveles medios de acidez y de alcohol, los vinos MCC poseen notas de manzana madura y cítricos, perfectos para disfrutar en una soleada tarde de verano o para celebrar durante las fiestas de fin de año. 

 

VINO ESPUMOSO CARBONATADO

Estos vinos se elaboran deteniendo la fermentación durante las primeros momentos de la misma, para conservar buena parte del azúcar residual. Después son carbonatados y vendidos rápidamente, permitiendo así conservar las características de la uva. Como podrás ver, este proceso no es caro, por lo que el vino espumoso es accesible para los mercados locales. 

 

Las uvas utilizadas para la elaboración de estos vinos incluyen variedades como el Sauvignon Blanc, Muscat y Pinotage, apreciadas por los consumidores africanos. 

 

CAP CLASSIQUE 

Desde variedades Brut hasta rosadas, el Cap Classique se ha vuelto uno de los espumosos favoritos de los sudafricanos, llegando a vender más de 10 millones de botellas en 2022. Llamado Método Clap Classique o simplemente "burbujas" (bubbles) por los locales, este vino 100% sudafricano se inspira del método del champaña para su elaboración. 

 

MCC también es el nombre de la asociación de viticultores fundada en 1992, después del descubrimiento del terruño de Robertson. El valle vinícola de Robertson, rico en piedra caliza y uno de los menos conocidos de Sudáfrica, alberga más de 50 bodegas y atracciones turísticas en...


 NO ES QUE LA VIÑA SE VUELVA DE ORO, AUNQUE LITERALMENTE ASÍ LO PARECE. LA FLAVESCENCIA DORADA, TAMBIÉN LLAMADA ICTERICIA DE LA VID, ES UNA ENFERMEDAD QUE HA TRANSFORMADO LA HISTORIA VITIVINÍCOLA EUROPEA DESDE MEDIADOS DEL SIGLO XX. 

Su nombre evoca un resplandor dorado en las hojas, pero en realidad designa una afección devastadora provocada por bacterias fitopatógenas que comprometen la viabilidad de los viñedos y generan enormes repercusiones económicas, sociales y medioambientales. 

 

La flavescencia dorada apareció en la década de 1950 en el suroeste de Francia y, desde allí, se extendió progresivamente a otros viñedos europeos. La enfermedad es causada por un fitoplasma, una bacteria diminuta que se multiplica en la savia elaborada de las plantas y que se transmite por un insecto vector: la cigarra Scaphoideus titanus, conocida también como cigarra amarilla. Este insecto llegó desde América del Norte, importado de manera involuntaria junto con vides resistentes a la filoxera. 

 

 

Durante mucho tiempo, el origen europeo del fitoplasma se sospechó, pero solo se confirmó tras un extenso estudio que analizó la diversidad genética y el ciclo ecológico de la enfermedad en cinco países europeos a lo largo de diez años. La investigación demostró que la mayoría de los fitoplasmas asociados a la flavescencia dorada eran endémicos de alisos europeos y que ciertas variantes poseían un alto potencial epidémico en los viñedos. 

 

La particularidad de la flavescencia dorada radica en que es una enfermedad incurable y de propagación epidémica, por lo que está clasificada como “enfermedad de cuarentena”. Ello implica que su gestión es objeto de una lucha obligatoria y colectiva. 

 

SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO

Los primeros síntomas visibles aparecen en el verano. En las hojas, se observa un enrollamiento característico acompañado de cambios de color: enrojecimiento en las variedades tintas y amarilleamiento en las variedades blancas. Las hojas se tornan más gruesas, quebradizas y tienden a enrollarse. Estos signos pueden variar de una variedad a otra y se intensifican a lo largo de la temporada. 

 

En los sarmientos, el fitoplasma interrumpe la maduración. Estos permanecen verdes, gomosos y débiles, lo que da a la cepa un aspecto caído. Por último, en las inflorescencias y racimos, el daño es aún más evidente: la inflorescencia se seca, las bayas se marchitan y el racimo muere. Basta con que una sola rama presente estos síntomas para que la cepa se considere contaminada, pues la distribución del fitoplasma dentro de la planta es irregular. A largo plazo, la cepa inevitablemente muere.

 

La flavescencia dorada no debe confundirse con la enfermedad de la madera negra, también provocada por un fitoplasma, pero de consecuencias menos graves. La diferenciación entre ambas solo puede hacerse mediante un análisis genético en laboratorio...