¿QU'E HACEMOS SI AL ABRIR UNA BOTELLA DE VINO ÚNICAMENTE

TOMAMOS UNA COPA? ¿ES CONVENIENTE GUARDARLO O DEBEMOS

TIRARLO? CON ESTE ARTÍCULO POR FIN SABREMOS QUÉ HACER.

Algunos tienen la creencia de que una botella de vino, entre más vieja mejor, pero esto no es del todo cierto ya que eso depende mucho de su proceso de producción, es por eso que hay vinos que pueden perdurar con el tiempo y otros no.

 

Cuando se es un amante del vino, abrir una botella siempre es un placer, pero, ¿te ha pasado que solo bebes una copa y dejas la botella para después? O tal vez deseas consumirlo en algún otro momento, pero no sabes con exactitud cuándo volverás a hacerlo.

 

Muchas veces esto es lo que ocurre y dejamos días abandonada esa botella de vino, sin saber realmente que lo estamos desperdiciando y estamos contribuyendo a que se oxide y pierda su sabor y propiedades. Al momento de abrir una botella de vino, el líquido queda expuesto al oxígeno y sus componentes empiezan a disiparse. Si tu no deseas que esto pase y quieres volver a disfrutar de esa botella de vino, te dejamos aquí algunos consejos:

 

• Es bueno saber que, si deseas que tu vino abierto dure por más tiempo, deberás de conservarlo a la temperatura adecuada. Si es un vino espumoso o blanco, te recomendamos que lo mantengas a una temperatura de entre 3 y 7 grados centígrados, si es vino rosado o blanco de cuerpo robusto, lo mejor será que lo mantengas a una temperatura de entre 7 y 12 grados. Por el contrario, si tu vino es tinto de cuerpo ligero lo ideal es que lo mantengas a una temperatura de entre 12 y 15 grados; y si es tinto de cuerpo robusto, te recomendamos mantenerlo a una temperatura entre 15 y 20 grados.

 

• Otro buen tip es que conserves la botella con un tapón especial siempre y cuando esto sea posible, de lo contrario utiliza el corcho original.

 

• Evita la luz directa sobre la botella de vino.

 

• Al momento de almacenar tu botella, hazlo de manera vertical, ya que se mantendrá un poco más alejado de la zona que provoca oxidación.

 

• Si lo guardas en el refrigerador, asegúrate de que sea en la parte más oscura del mismo.

 


PARTE DE LAS TENDENCIAS DIETÉTICAS, EL VINO VEGANO DESPISTA AL

NEÓFITO EN EL MUNDO DEL VINO, PERO A TRAVÉS DE SU PRODUCCIÓN ABRE

LA POSIBILIDAD DE ENTENDER MÁS A FONDO UN PROCESO MILENARIO.

Aunque las dietas siempre han tenido tabúes y prohibiciones, ya sean dietas tan antiguas como las prescritas en religiones como el Islam, el Judaísmo, el hinduismo, etc.; en un mundo cada vez más exigente en lo que respecta a la alimentación por cuestiones éticas o de salud, es habitual encontrar cada vez más adeptos a la dieta vegana. Dicha dieta prohíbe estrictamente el consumo de alimentos y de productos de origen animal. El mundo del vino no ha sido ajeno a estas tendencias, aunque tampoco es un tema al que se le hayan dedicado muchos esfuerzos, por no hablar de legislaciones y estatutos correspondientes.

 

Cuando escuchamos que un vino es vegano, lo primero que se nos viene a la mente es la pregunta ¿cómo?, ¿acaso no están todos los vinos hechos de uvas? Pues sí. Todos los vinos vienen de la uva. Específicamente de la fermentación de su mosto, el jugo de la uva.

 

Pero la realidad es que muy pocos vinos son veganos. Pero vayamos por partes. Si bien el vino es producto de la fermentación, durante la clarificación se utilizan productos de origen animal. La clarificación de los vinos se realiza ya que, de forma natural, los restos de la fermentación como las levaduras y las bacterias, quedan en suspensión en los vinos. Esto da como resultado un producto parduzco y turbio. Es conveniente quitar esos restos para que los vinos aparezcan limpios y

brillantes en nuestra copa.

 

Los clarificantes son sustancias que aglutinan las partículas más finas de menor peso que se encuentran en suspensión, y las arrastran por gravedad hasta el fondo. Con un trasiego se separa el vino limpio y brillante de los pozos causantes del aspecto turbio en el vino.

 

Dichos clarificantes son productos de origen animal. Tradicionalmente, se ha utilizado la clara de huevo, de donde vienen el termino “aclarar” y “clarificante”. La cantidad que se usa es de aproximadamente una clara de huevo batida por cada cien litros de vino. Se utiliza también la caseína, elemento proveniente de la leche, y gelatinas que se obtienen de las raspas de pescado. Otro producto que se utiliza es la llamada “cola de pescado”, que aunque su nombre lo diga, no tiene relación con la cola física de un pescado; sino que es un producto de proteína obtenido a partir de la vejiga natatoria de los pescados.


EN EL MUNDO DEL VINO LOS EXPERTOS SIEMPRE HAN JUGADO UN PAPEL

DESTACADO COMO GUÍAS Y DEFENSORES. ACTUALMENTE EXISTEN

VARIAS CERTIFICACIONES QUE AVALAN SU CONOCIMIENTO.

Tenemos esta idea de que el experto de vinos es un señor sombrío con batas largas y un tastevin de plata al cuello, que cata vino a la luz de las velas. Fuera de toda esta parafernalia, surge la duda: en un mundo globalizado, ¿cómo convertirse en un experto en materia de vino y más aun, cómo certificar esta condición? Pues bueno, existen programas internacionales, que a base de contenidos y siguiendo diferentes enfoques, certifican a quien lo cursa como un experto en vinos.

 

Existen numerosas personas capaces de compartir sus conocimientos vitivinícolas, a través de cursos y talleres donde se explican, por ejemplo, los pasos para degustar un vino o también aspectos más detallados de la enología.

 

Ahora bien, este tipo de cursos tienen como público potencial a apasionados del vino, cuyo objetivo es aprender conceptos básicos y tener un panorama general del tema vitivinícola. Muchas de las veces estos cursos introductorios son parte del plan de ventas y de promoción de cierto producto o establecimiento relacionado con el mundo del vino.

 

Si tu propósito es formarte como un experto de vinos, con profesores calificados y respaldo técnico adecuado, sea por gusto o en miras de hacer carrera en el mundo de los vinos; el camino a seguir es optar por un programa certificado reconocido oficialmente y que te otorgue las herramientas necesarias.

 

A grandes rasgos, hablaremos de las cinco

principales certificaciones internacionales para

convertirse en un experto de vinos; sus pro-

gramas y contenidos, así como el enfoque que

busca cada uno. Veamos.

 

 

1. Masters of Wine

 

Considerado el peldaño académico más alto de la industria. Cuenta con un enfoque en su mayoría teórico y va dirigido principalmente a los profesionales del mercado y las bodegas.

 

Los profesionales del vino: importadores, escritores y enólogos, con un amplio conocimiento y experiencia del tema, son los candidatos de esta certificación.

 

En la actualidad, 416 personas cuentan con esta certificación. No es un programa simple, académica y económicamente hablando. Los candidatos se eligen entre expertos con un sólido conocimiento del mundo del vino, avalados por un diploma WSET o equivalente, y una carta de referencia de un Master of Wine.

 

Además, es necesario aprobar un exigente

examen de ingreso.

 

Se estima que el gasto promedio en tarifas de exámenes, muestras de vino, libros de texto y viajes es de sesenta mil dólares y la duración del programa puede tomar hasta siete años.

 

Finalizado el programa ser pude utilizar la sigla MW, Master of Wine.

 

2. Court of Master Sommeliers

 

Su enfoque va dirigido al servicio. Es decir, para aquellos que buscan trabajar en la sala o en la gestión del área de bebidas. Los sommelier como tal, son candidatos ideales.

 

Debido a su alto nivel de exigencia, actualmente solo hay 273 profesionales en todo el mundo que han recibido el título de Master Sommelier, desde su creación en 1969. Su programa consta de cuatros niveles secuenciados...