DESCORCHAR UN VINO NO DEBE SER UN MOMENTO DE ANSIEDAD, AL CONTRARIO, ES EL PRELUDIO DE UN MOMENTO DE PLACER, POR LO QUE DEBE HACERSE CON CARIÑO Y CUIDADO

El vino puede ser utilizado en muchos contextos diferentes, desde una simple cena grupal o individual, hasta una celebración importante. Puede ser apreciado por una amplia gama de paladares, ya que hay una gran variedad de tipos de vino disponibles. Además, puede ser un elemento importante en la cultura y la historia de una región o país en particular.

 

El vino se ha relacionado con una serie de beneficios para la salud. Se ha demostrado que el vino tinto, en particular, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades del corazón debido a su contenido en antioxidantes. También se ha demostrado que su consumo moderado puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y enfermedades neurodegenerativas. Además de mejorar la digestión y reducir el estrés.

 

Para beneficiar de todas sus cualidades, hay detalles importantes del proceso de servir y beber vino que debemos considerar para asegurarnos de disfrutar de nuestro vino al máximo. Uno de ellos es el descorche.

A continuación, se describen los pasos para descorchar una botella de vino de manera segura y efectiva.

 

1. Selecciona un sacacorchos adecuado

Antes de comenzar, asegúrate de tener un sacacorchos adecuado para la botella en cuestión. Los sacacorchos varían en tamaño y diseño, por lo que es importante seleccionar uno que se adapte bien al tipo de corcho que tiene la botella. Un sacacorchos de dos tiempos es ideal para corchos largos y en buen estado, mientras que un sacacorchos de alas es mejor para corchos más cortos o frágiles. Un sacacorchos eléctrico también puede ser una buena opción si se desea descorchar varias botellas.


 LA ENOLOGÍA ES LA CIENCIA QUE SE ENCARGA DEL ESTUDIO Y LA ELABORACIÓN DEL VINO, DESDE LA SELECCIÓN DE LA UVA, EL PROCESO DE FERMENTACIÓN Y ENVEJECIMIENTO, HASTA LA PRODUCCIÓN DE DISTINTOS TIPOS Y ESTILOS DE VINO. LA ENOLOGÍA COMBINA CONOCIMIENTOS DE DIVERSAS ÁREAS, COMO LA BIOLOGÍA, LA QUÍMICA, LA FÍSICA, LA INGENIERÍA Y LA AGRICULTURA, PARA ASEGURAR QUE EL PROCESO DE PRODUCCIÓN DEL VINO SEA EXITOSO.

Orígenes de la enología Los orígenes de la enología se remontan a la antigua Grecia y Roma. Los griegos y los romanos eran grandes aficionados al vino, y elaboraban vinos de alta calidad que eran muy valorados en todo el mediterráneo. En aquella época, la elaboración del vino se basaba en la experiencia y en los conocimientos transmitidos de generación en generación, pero no se conocía la química detrás del proceso.

 

Fue en el siglo XIX cuando la enología empezó a convertirse en una disciplina científica. En 1863, el químico francés Louis Pasteur descubrió que la fermentación del vino era causada por microorganismos y no por un proceso químico, como se creía hasta entonces. Este descubrimiento fue fundamental para entender el proceso de elaboración y sentó las bases para el desarrollo de la enología como ciencia.

 

Desarrollo de la enología moderna A partir del siglo XIX, la enología empezó a desarrollarse rápidamente como disciplina científica. Los avances en química, microbiología y tecnología permitieron entender mejor el proceso de elaboración del vino y mejorar la calidad y consistencia del producto final. Uno de los mayores avances en la enología moderna fue el desarrollo de las técnicas de vinificación controlada. Estas técnicas permiten controlar el proceso de fermentación, desde la selección de las uvas hasta el embotellado final. La vinificación controlada permite obtener vinos de alta calidad y consistencia, y es una técnica fundamental en la producción de vinos de alta gama.


UN VINO ENCORCHADO NO SIGNIFICA TU COPA TENGA PARTÍCULAS DE CORCHO FLOTANDO. SE REFIERE A UN OLOR QUE ALGUNOS VINOS PUEDEN ADQUIRIR CAUSADO POR LA PRESENCIA DE TCA.

Espero que no les haya sucedido, pero desgraciadamente ocurre.

 

Con toda ilusión compramos un “vinazo” respetadísimo que puso a temblar nuestra tarjeta de crédito, temblor que afortunadamente se alivió cuando supimos que se podía pagar en 12 meses sin intereses. Esta joya, que mantuvimos guardada en nuestra cava –o incluso clóset– por 12 largos meses de espera, finalmente está lista para ser descorchada.

 

La abrimos, la dejamos “respirar” dos o tres horas, quietecita, en un lugar fresco. Al tomar el primer sorbo encontramos que el vino se siente plano, sin aromas y además, tiene un olor conocido: cartón mojado, o algo todavía más exquisito, al trapito sucio que está al lado del fregadero. Lo más probable es que digamos que este “vinazo” tiene estos aromas tan finos porque así debe de ser y nosotros, simples mortales que no entendemos de esas cosas, no lo podemos apreciar.

 

La realidad es que para los simples mortales, así como para los conocedores, ese tipo de hedores son parte de los defectos organolépticos más severamente juzgados en un vino, convirtiéndolo en un vino prácticamente imposible de beber (salvo por los alcohólicos desesperados).

 

El término encorchado se refiere solamente cuando un vino presenta un olor enmohecido, no quiere decir que al vino le hayan caído pedazos de corcho o que se haya roto el corcho al sacarlo.

 

¿Por qué el vino puede presentar esta condición?

 

La causa más común de estos olores es un compuesto denominado 2,4,6-Tricloroanisol, comúnmente denominado tca, el cual, desgraciadamente, es extraordinariamente fácil de detectar por humanos [2 a 6 partes por trillón (ng/l) de tca son suficientes para percibirlo].